El Ginkgo se caracteriza por la presencia de sexos separados, los cuales podemos diferenciar por sus estructuras. En el caso del ejemplar masculino podemos ver inflorescencias amarillas agrupadas, que nacen de los brotes cortos. Al contrario, en el ejemplar femenino observamos flores en grupos de dos o tres, las cuales producen una semilla blanda de color marrón amarillento y textura carnosa, al abrir dichas semillas desprenden un olor molesto, por lo que en ornamentación y jardinería es difícil encontrar un ejemplar femenino.
El ciclo reproductivo del Ginkgo consiste en la producción de inflorescencias, tanto en el caso del individuo masculino como en el femenino. La inflorescencia masculina originara micrósporas que darán lugar al grano de polen o gametofito masculino. Y las inflorescencias femeninas originaran megásporas, las cuales originaran posteriormente los arquegonios, en los cuales se producirá la fecundación. Una vez producida la fecundación se origina el embrión, el cual formara la semilla y esta a su ver originará la planta.
El dicho árbol tiene una gran importancia en China por sus aspectos medicinales, ya que es empleado para mejorar la circulación, para el cerebro y para los oídos, y su simbología, en este país es considerado un arbol sagrado.